Hay algo que nunca quiero admitir, pero que si pienso con mi verdadero yo y no con aquel que muestro a los demás, debo confesar que en cuestiones del amor...amo la derrota. No sé si es el típico masoquismo femenino, o algún trastorno de insuficiencia de autoestima, que ciertamente no creo jajajaja, pero la realidad es que cuando veo que una relación no puede seguir su curso, aunque me da ese típico frío en el estómago que ya he aprendido a descifrar, siento un alivio, un alivio que no debería estar allí, un alivio que no debería existir, debería estar ahogándome en lágrimas y desesperandome con recuerdos, pero no... Me siento aliviada. Debo también añadir, que cuando me hago consciente de ello, me preocupo... sé por experiencias ajenas que lamentablemente nunca me he enamorado, y es algo super triste porque contando las experiencias que he tenido, es trágico que no haya sentido eso mágico, eso que no se olvida... eso que siempre recordarás; Yo núnca lo recuerdo. Sólo puedo esp...