He is married.


Una sola vez en la vida consideré la idea de casarme.

Tengo 32 años y realmente siempre he pensado que es algo innecesario. 
Sin embargo, hace unos años la única forma de poder estar con la persona que quería, sería a través de dicho trámite.

Era eso nada más para nosotros... un trámite.

Pero recuerdo que ya había visto la vestimenta perfecta para ese día. Tenía en mi mente todo preparado. No sabía, hasta el momento en que esto se perfiló como una realidad, lo tan anhelado que era para mí vivir dicha experiencia.

Me veía con mi vestido beige, espalda descubierta pero bastante reservado porque su religión así lo ameritaba.  Tenía que hacerlo porque seguro su familia estaría allí, sólo por eso... él adoraba mi forma caribeña de "Casi vestirme".

Cada día pasaba por un lugar, que me mostraba el atuendo perfecto. Y lo miraba como prometiéndole que en algún momento iría por él.

Hasta que ya no. 

La burbuja explotó y cuento largo hecho corto... esa boda nunca se dió.

En este principio de año 2021, las cosas han estado bastante movidas para mí.

Y como saben... no aparezco por acá a menos que mis manos lo ameriten para sacar a través de letras las lágrimas que quedan estancadas en algún lugar de mi interior.

Él se casó.

Me dijo: " No era algo fácil de decir, pero tampoco era justo no decirlo..."

Hace ya varios años que nuestras esperanzas de estar juntos murieron... y realmente hasta que me dijo esa frase, yo tenía todo superado en cuanto a Pavel.

Pero me partió en dos...

Y no lo esperaba. 

Fué como una bomba atómica.

Destruí los puentes vinculares que tenía alrededor de mí, no quise saber nada más de nadie. 
Ni de amigos, ni de amores incompletos, ni de salientes, ni de aquellos que capaz pudieran ser. 

Me harté.

De tratar de quedar bien, de tratar de no lastimar, de ser la que entiende.

Me harté de lo que no se dió, ni se dará.
Me harté de ser la alegría, la sutíl, la buena vibra. 
Destapé aquello que tenía contenido, y es muy negro y denso.

Me tapa la garganta, me envenena en las mañanas...

Y no es porque se casó...
Ya habíamos hablado de esto, él estaba en pareja y estaba bien. Esto se veía venir...

Pero me consumió el fracaso. Los intentos fallidos, el imaginar cómo se lo propuso, porque conociéndolo como lo conozco es la persona más romántica del mundo. Y mi ego dice: así debió hacerlo conmigo, ese anillo era para mí. Ese atuendo que se quedó frío en la tienda me hubiese quedado maravilloso. 

Pero no es por él... es por lo que no fué ni será. Con él, con el siguiente y con el que se acaba de ir.

Y entonces el pensamiento de que: "Todo pasa para bien" Me caga. 

NO.

No tengo ganas de ser saludable hoy.

NO, NO y NO a todo aquello que en este momento me es gris.

Se quedó esperando mi respuesta.

Se quedó en azúl... Yo me quedé en shock.

No quiero hablarle. No quiero saber si es un hombre felizmente casado. No me importa. Y espero pasen muchos años antes de volver a escribirle.

Necesito cerrar el capítulo.

Y con él cierro todo lo que no está conmigo al 100%.

Porque yo no soy mitad.
Ni doy la mitad...

Porque no me da la gana.

Porque lo quiero todo.

Sino... haré como si no existiera.



Entradas populares de este blog

"Yo no fuí, fue Patricia"

Serendipia

Añoranza