Añoranza

 ¿Realmente queremos volver al pasado?


Vivimos con la eterna sensación de que antes fue mejor.
Éramos más jóvenes, con menos preocupaciones, más felices...

¿Pero realmente fué así?

Hoy justamente hablaba con mi #SoulMate y me decía: "Antes era todo más fácil, no nos cuestionábamos tantas cosas, nos enamorabamos cada fin de semana de alguien distinto y seguiamos adelante."

Y puede que tenga razón, creo que siempre la tiene.

Es mi #Soulmate porque es la única persona que verdaderamente puede decir que me conoce, íntima, real y hasta oscura en ocasiones. Nuestra relación en los casi 20 años que nos conocemos ha sido la más constante.

En fin, siempre puede sacarme la máscara de víctima y con sólo afirmarme un "No me puedes engañar" logra que le admita mis deseos o pensamientos más íntimos.

Hoy me aseguraba que exageraba, esa situación de la que sin duda leeré en esta entrada en 10 años y me parecerá una idiotéz, a él le parecía un berrinche sin sentido. Y es que por qué debo aceptar lo que para mí es poco si sé, y estoy completamente segura que no vine a este plano a conformarme con lo poco que pueden darme.

Hago un paréntesis para destacar que mientras escribo esto, recorro mentalmente las calles de mi barrio en la ciudad donde nací... Sí, esto es parte de vivir con ansiedad, no es ser multitask... es que mi cabeza no para.

Él me decía que por qué dejamos de vivir como cuando teníamos 18 años, que las preocupaciones no abundaban, que según él vivíamos mejor porque no nos complicábamos la vida pensando en lo correcto y en lo que no lo es.

Y por un momento pude seguir su idea, estuve de acuerdo y pensé en consonancia con su discurso.

Pero no pasó un día cuando ya me cuestiono esto.

Y es que la añoranza a veces no nos permite ver todo el espectro. La mente es capciosa, bloquea algunas cosas sólo para que creamos que pudimos estar mejor. Esto nos mantiene ese sentimiento de constante frustración o de siempre estar esperando "algo más" porque seguro hay algo mejor.

La añoranza no nos permite ver que las angustias existían pero las razones eran otras, que los duelos se sufrían igual o peor porque no había conciencia. Y es que si he de admitir algo es que la conciencia ciertamente hace que te replantees cosas que antes no le dabas importancia, pero al mismo tiempo nos ofrece la herramienta en sí misma de superar mejor los acontecimientos. Y es que si los vives "a conciencia" entiendes el por qué siempre lo que ocurre resulta ser lo mejor.

Hoy tengo una pesada añoranza, pero no es de vivir sin conciencia:

Añoranza de aquella caminata bajo la lluvia,
de aquél beso que aparece en mi mente cuando estoy más vulnerable,
de aquella carta que nunca envié por mi eterno miedo al rechazo,
por la canción que tarareaba mientras hacía las tareas,
de aquella noche que le dije mis preocupaciones y él llegó con una solución,
de aquél calor,
aquél atardecer,
aquellas olas del mar,
aquella noche en vela cuidandome de la fiebre...

Todas esas añoranzas fueron con mis querencias.

Pero no dejo de verlas ahora rodeadas de escacez, de miedo, de oscuridad, de pesadez...

No, definitivamente no podemos vivir como cuando teníamos 18 años, porque vivimos HOY. 
Y hoy nos cuestionamos nuestras decisiones si estas no nos hacen sentir bien.
Porque aprendimos, porque no somos los mismos...
Es imposible desestimar la añoranza.
Pero que esto no nos distraiga de todo el camino recorrido.


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